miércoles, 13 de mayo de 2015

PORQUE LOS RATONES TIENEN TEMOR A LOS GATOS

Todo el mundo piensa que los ratones les tienen miedo a los felinos y huyen por sus afiladas garras o por su conocida agilidad, pero nada de eso… más bien le tienen miedo a su saliva. 

Parece raro, pero así es. Un nuevo estudio revela que los gatos producen una sustancia química en la saliva con la cual aterrorizan a los ratones. 

Los investigadores estadounidenses descubrieron que cuando los ratones detectan este compuesto -que también se encuentra en la orina de las ratas- reaccionan con miedo. De hecho, este compuesto se llama proteína urinaria mayor o Mup (en sus siglas en inglés) actúa en las células de un órgano sensorial especial en los ratones, llamado órgano de Jacobson o vomeronasal. 

Tal como explican los científicos en la revista Cell, las Mup provocan una reacción de terror en el ratón. El órgano vomeronasal contiene neuronas que detectan las señales químicas y está conectado a zonas del cerebro involucradas con la memoria, las emociones y la liberación de hormonas. Ya se sabe que en muchos mamíferos el órgano puede detectar feromonas, los mensajeros químicos que comunican información entre individuos de la misma especie. Estas feromonas pueden tener un efecto directo en la conducta de los animales. 

Pero en el nuevo estudio los científicos descubrieron que en los ratones las neuronas del órgano vomeronasal también se ven estimuladas con las señales químicas que emiten sus depredadores. 

En los ratones estas proteínas provocan que el animal exhiba señales de miedo como quedarse “congelado” o mantenerse agachado junto al suelo mientras cuidadosamente olfatea e investiga los alrededores.


lunes, 4 de mayo de 2015

PORQUE SE DICE EL QUE QUIERE CELESTE QUE LE CUESTE

El dicho y su sentido (quien desea obtener algo valioso debe estar dispuesto a "pagar" su precio, por alto que sea) guardan estrecha relación con un mineral, el lapislázuli, que se extrae de unos pocos lugares de Oriente. Con él se fabricaba un muy bello color azul, muy resistente a la acción del tiempo, que por su procedencia fue llamado azul de ultramar. La gran rareza del lapislázuli y el alto costo de su transporte hicieron que su valor fuera comparable al del oro. Cuando los papas y los grandes señores del Renacimiento encargaban un cuadro, se estipulaba por contrato cuánta pintura de oro y cuánto azul de ultramar entrarían en la obra. Al mezclarse con blanco, ese precioso azul producía el celeste que originó la expresión.