lunes, 8 de mayo de 2017

PORQUE EN AFGANISTAN EL 39 ES UN NUMERO MALDITO

El número 39, asociado con el mundo de la prostitución en Afganistán, se ha convertido en un gran objeto de controversia en la sociedad del país asiático, donde muchos no lo quieren ver cerca de sus vidas.

Cuenta la leyenda que el mito en torno a estos dos dígitos surgió en la ciudad occidental afgana de Herat, a raíz de que un conocido proxeneta local usara números de teléfono y taxi que contenían el número 39. El proxeneta en cuestión terminó de la peor manera y allí surgió todo.

Con el paso del tiempo, la superstición lo ha convertido en una cifra maldita que cuenta con un amplio ejército de detractores en los ámbitos del comercio, la educación e incluso al máximo nivel político. 

Algunos se lo toman muy en serio y han protagonizado campañas en contra del número, instando a la población a abstenerse de comprar vehículos con una matrícula que contenga esos dos dígitos o telefonos que terminen en 39.

La preocupación alcanza tal nivel que un coche con matrícula que empiece o acabe en 39 cuesta habitualmente en Afganistán la mitad del precio original. 

Tanto en las aulas de educación primaria como en las de la universidad, son pocos los que desean sentarse en un pupitre que lleve los dos dígitos de la discordia o tener el mencionado número en la lista del curso. 

También hay que decir que muchos afganos descreen de esto y tratan de cambiar la idea.

"Es un simple número que carece de significado en la religión islámica. Solo la mentalidad incorrecta de algunos conduce a pensar otra cosa", sostienen algunos. 

El mulá agregó, no obstante, que cuando el profeta Mahoma se convirtió en el mensajero de Alá tenía justamente 39 años, y que una mujer pasa 39 semanas de embarazo antes de dar a luz a su hijo. 

"Necesitamos el número 39 para todo en la vida", bromeó. 

La estigmatización de la cifra ha llevado a algunos jóvenes universitarios afganos a lanzar un movimiento a través de la red social Facebook en defensa del 39 ante sus "enemigos", que ha pasado por cambiar los perfiles y números de contacto de los participantes. 

"Queremos cambiar la mentalidad de la gente que cree que el número 39 está asociado a la prostitución y los proxenetas", mantuvo a Efe Wais Barakzai, una de las impulsoras de la iniciativa.