Que el perro de vueltas antes de echarse se debe a su herencia genética (una remota herencia del lobo), y es una actitud que podría equiparárse con el reflejo humano de mirar a ambos lados de la calle antes de cruzar, o de percibir un panorama general sobre el lugar donde vamos a sentarnos. En el perro se trata de la misma cosa, y su instinto heredado de la época en que vivía de forma salvaje, le insta a que inspeccione muy bien el lugar donde se va a acostar para eliminar cualquier posibilidad de molestas espinas, insectos o cualquier otro peligro, así como también es una forma natural de amoldar el lugar para su comodidad.
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